La respuesta, como siempre, sería que depende en gran medida de la necesidad.
Tipo de firma
Si somos una empresa multinacional i deseamos intervenir de manera simultánea en muchos países, seguramente nos sentiremos más cómodos actuando de la mano de una firma también multinacional. Y seguramente nos entenderemos bien porque compartimos muchos aspectos, buenos y no tan buenos.
En cambio, si somos una empresa local, haríamos bien en valorar adecuadamente la oferta de las firmas locales. En este texto pretendo enumerar sintéticamente las ventajas de esta opción.
- El cliente debe saber que, cuando la firma multinacional le confecciona una oferta de colaboración profesional a la que adjunta una lista de referencias de todo el mundo conteniendo casos como el suyo, nadie le garantiza que el autor del proyecto de referencia, aún en el caso de que permanezca en la firma, esté disponible para su caso. Lo mismo se puede afirmar del autor de la metodología propuesta.
- Tampoco está claro el grado de involucración en el proyecto por parte del socio que firma la oferta. Es más que probable que el proyecto lo acabe realizando un equipo de jóvenes profesionales con mucho más futuro que pasado. Es decir, sin el criterio que da la experiencia.
- En cuanto a las metodologías, en tanto que globales, pueden estar poco adaptadas a nuestro país.
- Por el contrario, el socio de la consultoría local firmará la propuesta, dirigirá (o ejecutará) la intervención y no tendrá más remedio que estar disponible para atender cualquier duda, queja o salvedad que se le pudiera presentar.
- Para el cliente, contrastar las referencias de una firma local que trabaja con empresas del país será sumamente sencillo.
- También conoce al entorno y ello hará que las recomendaciones de sus informes sean más asumibles por un empresario de aquí.
- Por último, su disponibilidad para acciones de continuidad o de soporte a la implantación de sus propias recomendaciones será mayor.
Tipo de relación
Soy de los que piensan que el modelo “consultor que viene a diagnosticar, hace un informe de propuesta y se va” (sin el informe, que queda en la estantería), tiene poco presente y menos futuro.
Cada día estoy más convencido de que un consultor tiene que estar disponible para implicarse en la puesta en marcha de los cambios que proponga, en la forma que, en cada caso, consensue con el cliente.
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