Muchas decisiones empresariales pueden ser reversibles. Podemos cambiar de banco, de proveedor, de empleados, podemos reorientar nuestra estrategia comercial o nuestra política de precios. Pero cuando las decisiones afectan a la familia son casi imposibles de revertir sin soportar un coste enorme, y no hablo de dinero. En general, los grandes episodios familiares nos pillanLeer más