Querido empresario: Por lo que te conozco, sé que estás cansado. Mejor dicho: estás harto. Entre el asesor y sus urgencias, las prisas apocalípticas de julio, las pocas ventas, la organización de las vacaciones, las costuras de las finanzas forzadas por la paga extra, el calor, los exámenes de tus hijos y otras miles deLeer más